viernes, 15 de febrero de 2013

Velocidad Limites Velocidad Reglamentaria


Velocidad


Es la relación entre el camino recorrido y el tiempo empleado para recorrerlo.
¿Cuál es el límite?
No decimos nada nuevo cuando afirmamos que hay conductores que, circulando a 60 kph se sienten y son inseguros; también los hay que a 130 kph, son y se sienten seguros. Todo conductor tiene un límite inicial, que puede ir aumentando con una práctica de la que él mismo va sacando experiencias. También es conocido que, si se conduce con miedo, se conduce mal.

Ahora bien, ¿Cuál es el límite?
En cuanto al "límite" podemos concluir que existe el límite bajo, el límite medio o normal, y el límite máximo; y que, para saber dónde están estos límites debemos tener en cuenta numerosos factores, que van desde el estado de ánimo del conductor, su forma física, el peso del vehículo, clase de neumáticos, inercia producida en un viraje, grado de adherencia, estado del piso, existencia o no de peraltes, entre otros. Todo esto combinado con la destreza del conductor. Sin olvidar que el límite del vehículo es muy diferente al del conductor, y que se trata de la seguridad, de la vida.




En cualquier actividad de nuestra vida debemos conocer cuáles son nuestras fuerzas, nuestras posibilidades, nuestros propósitos y no debemos emprender hazañas para las que no estamos dotados, ni acometer empeños para los que no nos hemos preparado convenientemente.

Obrar así nos permite mantenernos cuerdos, pues cualquier desfase entre lo que podemos y lo que deseamos, acarrea desequilibrios, conductas incomprensibles e insensatas, neurosis, peligro, en fin, inseguridad y no sólo para nosotros mismos. Queremos decir que debemos obrar sometiéndonos a nuestras propias y personales limitaciones, las cuales, naturalmente, debemos conocer. Sin olvidar que estas consideraciones valen tanto para el conductor como para el vehículo, la vía y el medio ambiente, y que la conducción no es más que la manifestación de nuestra propia personalidad.

La velocidad, en la conducción, debe ser usada sin pasarnos de la frontera de las posibilidades nuestras, del vehículo, y del medio en que la usamos, sin ocasionar peligro para nosotros o los demás.
Hay lugares donde rodar a sesenta kph es peligroso, es suicida; pero, en otros, encierra más peligro rodar solo a sesenta, por ejemplo; si decimos "¡qué más da!“, y nos lanzamos con el pie en el acelerador a fondo en los cruces de la ciudad, cuando los semáforos están intermitentes, estamos haciendo el papel de imbéciles y asesinos en potencia. En cambio, si en una hora "pico" estamos de primeros ante un semáforo y éste enciende la luz verde y salimos despacito, teniendo ante nosotros la calle despejada, estamos entorpeciendo el tránsito, impidiendo su fluidez.
En resumen, el uso de la velocidad es cuestión de conciencia, de sentido común, y el límite es el valor que le damos a la vida, tanto nuestra como a la de nuestros hermanos.

Velocidad Reglamentaria

Lo más importante es: Nunca olvidar y observar los límites de velocidad fijados por el Reglamento de la Ley de Transporte Terrestre. No exceder los límites para no incurrir en infracciones.
La Ley de Transporte contempla, en el artículo 254 de su Reglamento, que en las vías públicas la velocidad será la que indiquen las señales de tránsito. De no estar indicadas, el máximo será el siguiente:

1) En Carreteras:
a) 70 kilómetros por hora durante el día.
b) 50 kilómetros por hora durante la noche.
2) En Zonas Urbanas:
a) 40 kilómetros por hora durante el día.
b) 15 kilómetros por hora en intersecciones.

3) En Autopistas:
a) 90 kilómetros por hora como velocidad constante en el canal izquierdo o canal de circulación rápida.
b) 70 kilómetros por hora como velocidad máxima en el canal derecho o canal de circulación lenta.
c) Cuando la vía presente circunstancias anormales por causas de reparación, lluvia, neblina, pista húmeda u otras causas, se deberá disminuir la velocidad de tal manera que no se ponga en peligro la circulación.
4) En todo sitio:
a) 15 kilómetros por hora para vehículos de tracción animal.
b) 15 kilómetros por hora para vehículos de motor equipados con llantas que no sean neumáticas, cuando estén autorizados para circular.
Las señales reglamentarias de velocidad indicarán en kilómetros los tramos en los cuales tienen aplicación.

En cuanto a los motociclistas en autopistas:

Conducción lenta
Usted no debe conducir tan despacio que interfiera con otros vehículos que se desplacen a velocidades normales y seguras, si va conduciendo más despacio que la velocidad normal del tránsito, conduzca por el canal derecho o al lado derecho de la calzada. Nunca circule  por el hombrillo de las autopistas, a no ser que conduzca una motocicleta.

FACTORES NEGATIVOS DEL MAL USO DE LA VELOCIDAD





Usted Decide...!

Temas sobre Educación y Seguridad en el Tránsito

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Sentido Común - Buena Actitud


Sentido Común  -  Buena Actitud



Para lograr una conducción segura y eficaz es vital una disposición óptima hacia el mejoramiento como ciudadano vial y desarrollar el sentido común con una mayor y real atención al accionar presente.

El sentido común es una facultad interior de la mente en la que se reciben e imprimen todas las ideas e imágenes de las cosas, enviadas por los sentidos exteriores: vista, oído, tacto, olfato y gusto; y por medio de las cuales podemos juzgar razonablemente las acciones y cosas.
Gracias al sentido común podemos deducir un futuro suceso y, al aplicar dicho sentido, lograr la preparación necesaria para aprovechar, enfrentar o evadir de la mejor manera posible, ese suceso.
Siendo éste un sentido vital para la vida y actuación humana es, sin embargo, el menos común de los sentidos.
El desarrollo y mejoramiento del sentido común se logra a través del estudio, la capacitación y la experiencia; todo esto, impulsado y mantenido por una buena actitud.

La buena actitud es la idónea disposición de ánimo para lograr el mejoramiento personal, moral y profesional en el diario quehacer, y en el relacionarnos, en tiempo real, con nuestro entorno de la mejor manera. Siendo ésta también un proceso mental que impulsa junto con el sentido común al hombre a realizar los actos de la manera más correcta y responsable posible.
En vista de lo anterior, debemos tener presente que la conducción segura de un vehículo, depende de:


20%    Vehículo en condiciones óptimas.
20%   Conductor en condiciones físicas óptimas.
60%       Sentido Común y mejor buena actitud.


Las Tres Virtudes del Sentido Común y la Buena Actitud.

En vista de lo arriba indicado, tres son las virtudes del sentido común y de esa buena actitud mencionada:
ü  Prudencia,
ü  Atención,
ü  Técnica.


La Prudencia:
No se limita únicamente al “observar constantemente la Ley y su Reglamento”, sino sobre todo, a saber en cada momento cuál debe ser la actitud a adoptar en una determinada circunstancia, sin arriesgarse en situaciones que entrañen peligro, desde un adelantamiento al mantenimiento de una determinada velocidad.  Esa prudencia no es una actitud ocasional; es permanente, para poder conducir con seguridad; sin duda conforma, con la atención y la técnica, la principal base de las características que hacen de un conductor corriente un real y seguro “Conductor Prevenido”.

La Atención:
En las funciones del manejo y la conducción es vital para lograr un recorrido perfecto. Por ello debemos subir al vehículo con la mente despejada de otros pensamientos, y seleccionar adecuadamente la información que nos suministra el entorno y el vehículo mismo para evitar que salten sorpresas inesperadas y, de suceder éstas, poder reaccionar en forma correcta y rápida.

La Técnica:
Es el conocimiento de situaciones probables y la forma de cómo afrontarlas con un control absoluto, que hace de la conducción una acción más segura, y que se refleja en una acción más fluida y armónica que, a su vez, logra una forma de vida convivencial y humana.

 Prudencia:      Bella compañera.
Atención:         Vivir el presente.
Técnica:            Uso apropiado de los medios.

CONOCER Y PRACTICAR LAS TRES VIRTUDES ES... UNA “VIVEZA” DE LOS INTELIGENTES

Guillermo Correa Álvarez

Alcohol y Drogas en la Conducción



Alcohol Drogas


Cerca de un 33% de los accidentes con víctimas mortales en Venezuela se deben a los efectos del alcohol en la conducción. El alcohol es por tanto, la causa que más incidencia tiene en la accidentalidad, convirtiéndose de esta forma en una de las lacras más graves de las carreteras. Cada fin de semana mueren decenas de personas menores de 30 años a lo que hay que añadir otras lesiones, en algunos casos irreversibles, que obligan a una persona a depender de una silla de ruedas para el resto de sus días. Y en todos estos datos el alcohol tiene mucha culpa: en el 37% de los accidentes se detecta un nivel de alcohol superior al permitido.

El exceso de consumo de alcohol produce alteraciones físicas y psíquicas que perjudican gravemente a una conducción segura.

La alcoholemia es el grado de alcohol que se tiene en la sangre y se mide en gramos de alcohol por litro de sangre. Una vez consumida cualquier bebida alcohólica, la absorción del alcohol en el estómago y en el duodeno es bastante rápida, fundamentalmente si el estómago está vacío, si la bebida tiene una alta graduación, si está gasificada o si se consume caliente. Cuando el alcohol llega a la sangre, impregna todo el organismo incluido el cerebro y el conductor empieza a tener problemas. Son muchos los efectos que el alcohol produce en la conducción y las variables que pueden incidir en el proceso por lo que resulta muy difícil enumerarlas y describirlas todas.

A continuación vamos a describir algunas:
·         Repercusiones en el comportamiento: El conductor suele tener una falsa seguridad en sí mismo e incluso en ocasiones un sentimiento subjetivo de creer que tiene una mejor capacidad para conducir, aumentando la tolerancia al riesgo. También disminuye el sentido de la responsabilidad y la prudencia.

  • Incremento de las infracciones: Las infracciones a las normas de circulación se producen por un doble motivo, por una parte porque el alcohol hace que se capten mucho peor todos los dispositivos de control viales, y por otro porque se tiene un menor sentido de la responsabilidad y de la prudencia.
  • Alteración en el tiempo de reacción: A partir de 0,5-0,8 gramos por mil, la capacidad de reacción disminuye de forma muy considerable. El nivel de tolerancia al alcohol determina en gran medida el efecto de éste sobre el tiempo de reacción y la estimación del tiempo. El alcohol produce una importante lentificación de las respuestas frente a las estimulaciones sensoriales, llegando a disminuir los reflejos y el tiempo de reacción ante un obstáculo.
  • Deterioro y alteraciones de las funciones sensoriales: El alcohol deteriora sobre todo el sentido de la visión y los procesos sensoriales y perceptivos relacionados con ella.
  • Alteraciones en la atención: Los efectos producen que la atención general del conductor quede muy deteriorada, dando lugar a una especial proclividad para los accidentes en las intersecciones, zonas en las que hay mucha concentración de dispositivos de control y, diferentes maniobras de circulación.
  • Trastornos y alteraciones psicomotrices: En el conductor bebido puede aparecer discoordinación motora, problemas de acomodación de las órdenes sensoriales a las motrices, disminución notable de la recuperación y del rendimiento muscular de todo el organismo y trastornos del equilibrio.
  • Cambios en el nivel de activación-alerta: Como depresor el alcohol hace que la fatiga muscular y sensorial sea mayor de lo normal, da lugar a una disminución de la alerta y la vigilia, el cansancio suele aparecer con bastante rapidez, así como los estados de somnolencia y las pequeñas pérdidas de conciencia en los estímulos de la carretera y del vehículo.
  • Disfunciones en la percepción: Se puede decir que el alcohol puede hacer que se confundan y modifiquen bastante todas las percepciones sensoriales provocando problemas de captación, interpretación y reconocimiento correcto de señales u otros vehículos.

El Reglamento de la Ley de Transporte establece que no se podrá circular con un vehículo cuando la tasa de alcohol en sangre sea superior a 0,8 gramos por litro.

Pruebas de alcoholemia. Todos los conductores de vehículos están obligados a someterse a las pruebas de alcoholemia. Igualmente, todos los usuarios de la vía que estén implicados en algún accidente. La prueba se realizará mediante la verificación de aire espirado mediante etilómetros oficialmente autorizados y homologados. 
Guillermo Correa Álvarez, Ciudadano Vial, ciudadanovial@gmail.com