Alcohol Drogas
Cerca de un 33% de los accidentes con
víctimas mortales en Venezuela se deben a los efectos del alcohol en la
conducción. El alcohol es por tanto, la causa que más incidencia tiene en la
accidentalidad, convirtiéndose de esta forma en una de las lacras más graves de
las carreteras. Cada fin de semana mueren decenas de personas menores de 30
años a lo que hay que añadir otras lesiones, en algunos casos irreversibles,
que obligan a una persona a depender de una silla de ruedas para el resto de
sus días. Y en todos estos datos el alcohol tiene mucha culpa: en el 37% de los
accidentes se detecta un nivel de alcohol superior al permitido.
El exceso de consumo de alcohol produce
alteraciones físicas y psíquicas que perjudican gravemente a una conducción
segura.
La alcoholemia es el grado de alcohol
que se tiene en la sangre y se mide en gramos de alcohol por litro de sangre.
Una vez consumida cualquier bebida alcohólica, la absorción del alcohol en el
estómago y en el duodeno es bastante rápida, fundamentalmente si el estómago
está vacío, si la bebida tiene una alta graduación, si está gasificada o si se
consume caliente. Cuando el alcohol llega a la sangre, impregna todo el
organismo incluido el cerebro y el conductor empieza a tener problemas. Son
muchos los efectos que el alcohol produce en la conducción y las variables que
pueden incidir en el proceso por lo que resulta muy difícil enumerarlas y
describirlas todas.
A continuación vamos a describir
algunas:
·
Repercusiones en el comportamiento: El conductor suele tener una falsa seguridad
en sí mismo e incluso en ocasiones un sentimiento subjetivo de creer que tiene
una mejor capacidad para conducir, aumentando la tolerancia al riesgo. También
disminuye el sentido de la responsabilidad y la prudencia.
- Incremento de las
infracciones: Las
infracciones a las normas de circulación se producen por un doble motivo,
por una parte porque el alcohol hace que se capten mucho peor todos los
dispositivos de control viales, y por otro porque se tiene un menor
sentido de la responsabilidad y de la prudencia.
- Alteración en el tiempo
de reacción: A partir
de 0,5-0,8 gramos por mil, la capacidad de reacción disminuye de forma muy
considerable. El nivel de tolerancia al alcohol determina en gran medida
el efecto de éste sobre el tiempo de reacción y la estimación del tiempo.
El alcohol produce una importante lentificación de las respuestas frente a
las estimulaciones sensoriales, llegando a disminuir los reflejos y el
tiempo de reacción ante un obstáculo.
- Deterioro y alteraciones de
las funciones sensoriales: El alcohol deteriora sobre todo el sentido de la visión y los
procesos sensoriales y perceptivos relacionados con ella.
- Alteraciones en la
atención: Los efectos
producen que la atención general del conductor quede muy deteriorada,
dando lugar a una especial proclividad para los accidentes en las
intersecciones, zonas en las que hay mucha concentración de dispositivos
de control y, diferentes maniobras de circulación.
- Trastornos y alteraciones
psicomotrices: En el
conductor bebido puede aparecer discoordinación motora, problemas de
acomodación de las órdenes sensoriales a las motrices, disminución notable
de la recuperación y del rendimiento muscular de todo el organismo y
trastornos del equilibrio.
- Cambios en el nivel de
activación-alerta:
Como depresor el alcohol hace que la fatiga muscular y sensorial sea mayor
de lo normal, da lugar a una disminución de la alerta y la vigilia, el
cansancio suele aparecer con bastante rapidez, así como los estados de
somnolencia y las pequeñas pérdidas de conciencia en los estímulos de la
carretera y del vehículo.
- Disfunciones en la percepción: Se puede decir que el alcohol puede hacer que se confundan y modifiquen bastante todas las percepciones sensoriales provocando problemas de captación, interpretación y reconocimiento correcto de señales u otros vehículos.
El Reglamento de la Ley de Transporte
establece que no se podrá circular con un vehículo cuando la tasa de alcohol en
sangre sea superior a 0,8 gramos por litro.
Pruebas de alcoholemia. Todos los
conductores de vehículos están obligados a someterse a las pruebas de
alcoholemia. Igualmente, todos los usuarios de la vía que estén implicados en
algún accidente. La prueba se realizará mediante la verificación de aire
espirado mediante etilómetros oficialmente autorizados y homologados.
Guillermo Correa Álvarez, Ciudadano Vial, ciudadanovial@gmail.com
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