viernes, 15 de febrero de 2013

Sentido Común - Buena Actitud


Sentido Común  -  Buena Actitud



Para lograr una conducción segura y eficaz es vital una disposición óptima hacia el mejoramiento como ciudadano vial y desarrollar el sentido común con una mayor y real atención al accionar presente.

El sentido común es una facultad interior de la mente en la que se reciben e imprimen todas las ideas e imágenes de las cosas, enviadas por los sentidos exteriores: vista, oído, tacto, olfato y gusto; y por medio de las cuales podemos juzgar razonablemente las acciones y cosas.
Gracias al sentido común podemos deducir un futuro suceso y, al aplicar dicho sentido, lograr la preparación necesaria para aprovechar, enfrentar o evadir de la mejor manera posible, ese suceso.
Siendo éste un sentido vital para la vida y actuación humana es, sin embargo, el menos común de los sentidos.
El desarrollo y mejoramiento del sentido común se logra a través del estudio, la capacitación y la experiencia; todo esto, impulsado y mantenido por una buena actitud.

La buena actitud es la idónea disposición de ánimo para lograr el mejoramiento personal, moral y profesional en el diario quehacer, y en el relacionarnos, en tiempo real, con nuestro entorno de la mejor manera. Siendo ésta también un proceso mental que impulsa junto con el sentido común al hombre a realizar los actos de la manera más correcta y responsable posible.
En vista de lo anterior, debemos tener presente que la conducción segura de un vehículo, depende de:


20%    Vehículo en condiciones óptimas.
20%   Conductor en condiciones físicas óptimas.
60%       Sentido Común y mejor buena actitud.


Las Tres Virtudes del Sentido Común y la Buena Actitud.

En vista de lo arriba indicado, tres son las virtudes del sentido común y de esa buena actitud mencionada:
ü  Prudencia,
ü  Atención,
ü  Técnica.


La Prudencia:
No se limita únicamente al “observar constantemente la Ley y su Reglamento”, sino sobre todo, a saber en cada momento cuál debe ser la actitud a adoptar en una determinada circunstancia, sin arriesgarse en situaciones que entrañen peligro, desde un adelantamiento al mantenimiento de una determinada velocidad.  Esa prudencia no es una actitud ocasional; es permanente, para poder conducir con seguridad; sin duda conforma, con la atención y la técnica, la principal base de las características que hacen de un conductor corriente un real y seguro “Conductor Prevenido”.

La Atención:
En las funciones del manejo y la conducción es vital para lograr un recorrido perfecto. Por ello debemos subir al vehículo con la mente despejada de otros pensamientos, y seleccionar adecuadamente la información que nos suministra el entorno y el vehículo mismo para evitar que salten sorpresas inesperadas y, de suceder éstas, poder reaccionar en forma correcta y rápida.

La Técnica:
Es el conocimiento de situaciones probables y la forma de cómo afrontarlas con un control absoluto, que hace de la conducción una acción más segura, y que se refleja en una acción más fluida y armónica que, a su vez, logra una forma de vida convivencial y humana.

 Prudencia:      Bella compañera.
Atención:         Vivir el presente.
Técnica:            Uso apropiado de los medios.

CONOCER Y PRACTICAR LAS TRES VIRTUDES ES... UNA “VIVEZA” DE LOS INTELIGENTES

Guillermo Correa Álvarez

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