Sentido Común - Buena Actitud
Para lograr una conducción segura y eficaz es vital una
disposición óptima hacia el mejoramiento como ciudadano vial y desarrollar el
sentido común con una mayor y real atención al accionar presente.
El sentido común es una facultad interior de la mente
en la que se reciben e imprimen todas las ideas e imágenes de las cosas,
enviadas por los sentidos exteriores: vista, oído, tacto, olfato y gusto; y por
medio de las cuales podemos juzgar razonablemente las acciones y cosas.
Gracias al sentido común podemos deducir un futuro
suceso y, al aplicar dicho sentido, lograr la preparación necesaria para
aprovechar, enfrentar o evadir de la mejor manera posible, ese suceso.
Siendo éste un sentido vital para la vida y actuación humana
es, sin embargo, el menos común de los sentidos.
El desarrollo y mejoramiento del sentido común se
logra a través del estudio, la capacitación y la experiencia; todo esto,
impulsado y mantenido por una buena actitud.
La buena actitud es la idónea disposición de ánimo
para lograr el mejoramiento personal, moral y profesional en el diario
quehacer, y en el relacionarnos, en tiempo real, con nuestro entorno de la
mejor manera. Siendo ésta también un proceso mental que impulsa junto con el
sentido común al hombre a realizar los actos de la manera más correcta y
responsable posible.
En vista de lo anterior, debemos tener presente que la
conducción segura de un vehículo, depende de:
20% Vehículo en condiciones óptimas.
20% Conductor
en condiciones físicas óptimas.
60% Sentido Común y mejor buena actitud.
Las Tres Virtudes del Sentido
Común y la Buena Actitud.
En vista de lo arriba indicado, tres son las virtudes del
sentido común y de esa buena actitud mencionada:
ü
Prudencia,
ü
Atención,
ü
Técnica.
La Prudencia:
No se limita únicamente al “observar constantemente la
Ley y su Reglamento”, sino sobre todo, a saber en cada momento cuál
debe ser la actitud a adoptar en una determinada circunstancia, sin arriesgarse
en situaciones que entrañen peligro, desde un adelantamiento al mantenimiento
de una determinada velocidad. Esa prudencia
no es una actitud ocasional; es permanente, para poder conducir con seguridad;
sin duda conforma, con la atención y la técnica, la principal base de las
características que hacen de un conductor corriente un real y seguro “Conductor
Prevenido”.
La Atención:
En las funciones del manejo y la conducción es vital para
lograr un recorrido perfecto. Por ello debemos subir al vehículo con la mente
despejada de otros pensamientos, y seleccionar adecuadamente la información que
nos suministra el entorno y el vehículo mismo para evitar que salten sorpresas
inesperadas y, de suceder éstas, poder reaccionar en forma correcta y rápida.
La Técnica:
Es el conocimiento de situaciones probables y la forma de
cómo afrontarlas con un control absoluto, que hace de la conducción una acción
más segura, y que se refleja en una acción más fluida y armónica que, a su vez,
logra una forma de vida convivencial y humana.
Prudencia: Bella
compañera.
Atención: Vivir el presente.
Técnica: Uso apropiado de los medios.
CONOCER Y PRACTICAR LAS TRES VIRTUDES ES...
UNA “VIVEZA” DE LOS INTELIGENTES
Guillermo Correa Álvarez
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